De esta manera podemos ver como a algunos alimentos, productos lácteos por ejemplo, se añaden ácidos grasos Omega 3 o esteroles vegetales buscando una mejoría del perfil lipídico, bajando los niveles de colesterol y triglicéridos.
Es tradicional y también muy conocido, el aporte de yodo a través de la sal yodada, que se ha utilizado ampliamente en la prevención de múltiples enfermedades tiroideas. Hay que decir, que los alimentos funcionales no son imprescindibles en nuestra dieta, pero también es cierto que pueden formar parte de lo que podríamos denominar una dieta personalizada.
Es decir, una dieta adaptada a las características físicas, peso, edad, sexo, actividad física y también a las características de enfermedades o patologías que padezca una persona en concreto. En ese sentido, los alimentos funcionales tendrían que acoplarse y tendrían que estar de alguna manera supervisados por un profesional médico.
Fuente: Doctor Camilo Silva, especialista del Departamento de Endocronología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra.
También te puede interesar
Talones agrietados
Helicobacter Pylori ¿qué es?
Mindfulness qué es