No es hambre, porque hace muy poco que terminaste de comer, merendar o cenar… Comienzas a sentirte ansioso/a, tratas de aguantar, reprimes esas ganas “locas” por visitar la cocina y ver qué puedes picotear del “dulce armario peligroso”, o de la nevera…. Te repites una y mil veces que no lo vas a hacer, que no te conviene… Pero, conforme más lo repites, más grandes son las ganas, la ansiedad,… Uff, no aguantas más y terminas yendo… Salado y/o dulce… Comer compulsivamente es una conducta destructiva, pero que podemos llegar a cambiar… En muchas ocasiones, detrás de este tipo de conductas, se encuentra un conflicto interior no resuelto, un problema de fondo que debemos tratar, para evitar este tipo de comportamientos con la comida.
Es clave en estos casos alimentar sanamente tu cuerpo, tu mente y tu alma…
A continuación te brindo unos consejos que pueden ayudarte a evitar caer en esta dañina práctica y sus efectos:
1- Dedica tiempo a conocerte e identificar los factores que pueden causar dicha conducta:
Trata de separar los factores que pueden llevarte a “tragar” compulsivamente a la hora de comer. Procura que el momento que dedicas a la alimentación esté libre de malos pensamientos, olvida los malos rollos que hayas podido tener durante el transcurso del día y fomenta el buen estado de ánimo.
Lo ideal sería poder dedicar un breve espacio de tiempo a desconectar de esos problemillas que van surgiendo durante el día antes de sentarte a comer o a cenar. En la medida que puedas: da un paseíto corto antes de comer, practica unos minutos de meditación, una ducha antes de cenar,…
Con esto no quiero decir que debemos evitar los factores desencadenantes. Sólo quiero que les des su tiempo para enfrentarte a todo ello y solucionarlo. De lo contrario, todo eso seguirá estando presente y, además, la conducta de comer compulsivamente no será eliminada.
2- Búsqueda de placer personal:
La conducta de comer compulsivamente se relaciona con problemas de estrés, con la tristeza, la adicción a ciertos alimentos,…
En otros casos, este comportamiento está relacionado con la búsqueda de placer personal. Debemos tener muy presente que la comida es una forma de satisfacer nuestros sentidos. Puede que, si no estamos satisfechos con nuestra vida, tratemos de llenar ese vacío con alimentos poco saludables…
Si te identificas con algo de esto, trata de descubrir actividades que puedan generarte buenas sensaciones: igual es el momento de comenzar con alguna labor social, o de salir a pasear más a menudo con tu perro, acércate a esos amigos que tienes un poco olvidados, aprende una nueva actividad, haz deporte,…
Hay opciones infinitas y aunque puede que tardes un poco, no te rindas, no es imposible y seguro lograrás estar mucho más sano/a y feliz contigo mismo/a.
3- No dejes de comer aquello que tanto te gusta:
Generalmente, los comedores compulsivos suelen preferir sus alimentos preferidos durante los atracones. Para tratar de reducir este comportamiento, es importante que no elimines tu comida favorita. Debes comer sano y variado. Todos sabemos más o menos lo que nos conviene o no… Pero no debemos olvidar alimentar el alma. Por ello, dedica el fin de semana a “pasarte” un poquito y permitirte algún que otro capricho. Puedes mezclar los alimentos que más te gustan, con otros alimentos más saludables y de menos aporte calórico.
Si esos alimentos deseados son calóricos en exceso, sobre todo dulces, procura elegir opciones más sanas y súmalos a tu dieta de forma saludable. Por ejemplo, permítete una onza de chocolate puro cada día, como colofón o recompensa. Esta opción siempre es más sana que comerte tres barras de chocolate hipercalórico de una sentada…
4- Autoconexión:
Es de vital importancia estar conectado con nosotros mismos. De esta forma podemos evitar conductas como comer compulsivamente…
El Yoga o la meditación son actividades que te pueden ayudar a conectar mente y cuerpo. Si estás pasando por un momento complicado de tu vida, reflexiona y prueba alguna de las dos opciones anteriores.
Con este ritmo de vida es muy probable que nos olvidemos de nosotros mismos y de lo que queremos. Párate un momento y escúchate, dedícate unos minutos, nadie como tú te conoce…
Lo que les ocurre a muchos comedores compulsivos simplemente es que han perdido la perspectiva de sus vidas y tratan de encontrar ese punto de equilibrio a través de la comida.
Y la realidad es que, la conexión con uno mismo no puede ser sustituida por nada, ni por nadie…
“Aprende a decir un ME QUIERO, antes de decir un TE QUIERO…
Todo empieza siempre por uno mismo/a”
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