Unos serán muy sutiles, otros más descarados, unas veces nos daremos cuenta de las pretensiones malvadas de los demás y en otras ocasiones caeremos en sus redes sin darnos cuenta…
Y pensarás que esa persona chantajista es alguien muy seguro de sí mismo… Nada más lejos de la realidad: son personas inseguras, débiles, que necesitan recurrir a esta táctica para poder conseguir sus objetivos, ya que de una manera sana, no son capaces de lograrlo…
Señales que nos pueden indicar que estamos delante de un posible chantajista:
1- Suelen cambiar de tema de conversación continuamente, utilizan diferentes estrategias y tratan de confundir a la víctima hasta que dan con su punto débil. Por todo esto, hablar con estas personas es bastante estresante.
2- Alardean mucho de la vida que llevan, de los bienes que poseen. Pretender quedar siempre por encima y buscan ser personas admiradas. Por esto mismo, muy fácilmente alguien con baja autoestima cae en sus redes…
3- Las emociones en estos casos cobran mucha importancia. Si estamos frente a una persona chantajista, muy probablemente nos sentiremos incómodos, indecisos, puede hasta que frustrados… Y es que una parte de nuestra mente se da cuenta de que algo no funciona, aunque puede que nuestros propios miedos invaliden la razón y caigamos en las redes de la manipulación.
4- Las personas chantajistas no suelen admitir consejos, más bien les molesta bastante ya que lo ven como una especie de insulto a su inteligencia.
5- Buscan anular la opinión del otro, sólo ellos tienen la verdad absoluta.
6- Tienen muchos cambios de humor: si consiguen lo que quieren están contentos y, en el caso contrario, se pueden transformar en segundos.
Cómo actuar ante cuatro formas diferentes de chantaje:
1- Presión, amenaza:
Manipulamos a la otra persona ejerciendo presión sobre ella y acotando su libertad: si no hace lo que se le pide, habrá un duro castigo, un enfado,… Así la víctima de este tipo de amenaza acaba sintiendo miedo y obedece a las órdenes…
¿Cómo podemos defendernos ante un ataque así?
Hazle ver a la persona chantajista que no te infunde miedo, así desmontarás su arma.
Es muy típico en las parejas usar esta táctica: “Como vuelvas a actuar así, te dejo”. Ante un hecho como este podemos responder: “Soy libre para actuar como quiera, siempre que te respete. “Si hacer o decir esto o aquello hace que me dejes, no puedo hacer nada para evitarlo”. Hazle ver a esa persona chantajista que si se cumpliera su amenaza o castigo, eres capaz de superarlo y que no por ello van a cambiar tus pensamientos, acciones,…
2- Confundir:
Al utilizar esta táctica, el chantajista tratará de deformar la realidad de las situaciones hasta situarse en el papel de “víctima” y buscará tener la razón,…
Sabe tus puntos débiles y los utilizará sin dudarlo… Su objetivo será tratar de crear una especie de dependencia y, sólo el que chantajea, será poseedor de la más absoluta verdad…
¿Cómo detener este tipo de conductas?
Debes dejarle muy claro que tienes derecho a ver la realidad desde una posición diferente y que también te pertenece el poder de tomar tus propias decisiones, te equivoques o no.
Aunque la persona chantajista te haga ver que estás cometiendo un error debes comunicarle que no te importa cometer fallos, que prefieres equivocarte al tomar tus propias decisiones antes que vivir privado de libertad para tomar tus elecciones personales.
3- Culpabilidad:
En este caso, la persona chantajista tratará de crear un sentimiento de culpa en la víctima… Le hará ver que, si no obedece sus órdenes, es mala persona: “Si no haces esto es porque no me quieres”, “Si me abandonas, no lo podré soportar y haré una locura”, “Así me pagas todo lo que yo he hecho por ti”, “Pensé que eras buena persona, me has defraudado”…
¿Cómo terminar con este tipo de manipulación?
Hazle entender a la persona que trata de chantajearte que cada uno es responsable de sus actos, que no te crees culpable de las consecuencias que pueda tener el hecho de no acatar sus órdenes…
Antes hemos citado una frase muy peligrosa y delicada: “Si me dejas, no lo podré soportar y haré una locura”. En este caso no sentir culpa se torna en algo muy complicado, pero la realidad es que cada persona es dueña de su vida. No podemos estar aferrados a alguien por pena, ni por culpa, porque, al final, la víctima sería la persona manipulada.
4- Promesas, regalos:
Esta es una de las formas de chantaje más complicada de salir a la luz: se premia con algo muy valioso, llamativo o deseado si accedemos a las peticiones de la persona que ejerce el chantaje.
Esta conducta es muy típica en los padres: “Si estudias y apruebas te compro la moto”,… En este caso, “el chantaje”, es positivo porque la conducta que los padres buscan para su hijo es deseable, buena.
Pero hay casos en los que esto no es precisamente lo que sucede, por ejemplo: cuando tratamos de “comprar” a la persona amada, en muchos casos de abuso infantil, cuando recordamos los regalos o las cosas que le hemos pagado a nuestra pareja…
Este tipo de conductas, sobre todo son evidentes, si la víctima pasa por una situación de necesidad, de apuro económico, etc. Y es que, los humanos, razonamos al 50% cuando nos encontramos en una situación desesperada…
¿Y cómo no ceder?
Cuando tenemos un detalle con alguna persona de nuestro alrededor, lo hacemos porque queremos. Cada uno es libre de regalar o pagar lo que buenamente quiera o pueda y no por ello, la persona agasajada, está obligada a pagar o devolver ese favor.
Es importante promover la igualdad en una relación interpersonal: es un dar y recibir recíproco. En el momento en el que alguno de los dos se sitúa en otra posición corremos el riesgo de que se encienda la alarma del chantaje…
Todos podemos pasar por una situación complicada sea del origen que sea y todos podemos brindar nuestra ayuda en casos así. Pero si la persona que ayuda quiere quedar como salvador, héroe y deja a la víctima en una posición inferior, utilizando esta situación de desventaja, estamos entrando claramente en una relación de manipulación.
“Nadie es más que tú, nadie es menos que tú”
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