1- Enfócate en el presente:
Muchas veces los problemas se ven más grandes de lo que en realidad son. Si te enfocas en el presente, tus miedos y preocupaciones sobre cosas que pueden llegar a fallar se hacen más pequeños.
2- Trata de rodearte de personas positivas:
Cuanto más tiempo pases con gente positiva, más probabilidades tienes de contagiarte con esa forma de pensar y ver la vida. Un consejo: ríete de vez en cuando, seguro te ayuda a reducir el estrés.
3- Habla bien:
Nunca desestimes el poder que tiene la palabra. Si hablas desde un enfoque negativo vas a contagiar tu ambiente y te vas a contagiar a ti mismo. Debes tener muy presente que tu cuerpo va a reaccionar de una forma u otra dependiendo de los mensajes que tu mente le envíe, por ello, procura que sean buenos y positivos.
4- Se agradecido:
Las buenas personas en este mundo son seres agradecidos. Si actúas así, conseguirás convertir tu ira y frustración en algo mucho más positivo y permitirá que te enfoques en lo que realmente te interesa y te importa.
5- Contribuye con tus actos:
Ayuda a los demás en la medida en la que puedas. Seguro que una conducta como esta va a colaborar a que, por un momento, olvides tus problemas actuales, o consigas verlos desde una perspectiva diferente.
Pon tu mente, tu cuerpo y tu alma en todo lo que hagas…
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