A mayor cantidad de masa grasa, mayor riesgo de complicaciones como diabetes, enfermedad cardiovascular o dislipemia. Por tanto el tratamiento de la obesidad debe dirigirse a la pérdida de grasa corporal.
Las variaciones en el peso corporal, van a venir dadas por la cantidad de agua, músculo o grasa. Por ejemplo si una persona sigue una dieta de un mes y pierde dos kilos de grasa, pero a la vez incrementa su actividad física y gana dos kilogramos de masa muscular, no va a ver una variación en su peso corporal y sin embargo está tratando de forma adecuada su cuadro de exceso de grasa, ya que está disminuyendo el porcentaje de grasa corporal.
Debe recordarse que para perder dos kilos de grasa en un plazo de un mes, es necesario realizar un gran esfuerzo dietético, dos kilos de grasa equivalen aproximadamente a unas dieciocho mil Kilocalorías, que vienen a ser unos cuatrocientos yogures desnatados aproximadamente.
De la misma manera aquellas personas que tienen tendencia a la retención de líquidos, pueden tener una evolución similar. Las mujeres con edema cíclico menstrual, los pacientes con un hipertiroidismo no tratado o aquellas personas que tienen una alta ingesta de sal, pueden ver atenuada la pérdida de grasa, por esa ganancia de agua.
En definitiva, podemos decir que aunque la báscula dice la verdad, no dice toda la verdad y por tanto puede llevar a conclusiones equivocadas el uso exclusivo del peso en el control evolutivo del tratamiento de la obesidad. Deben utilizarse estudios de composición corporal para ofrecer un feed-back adecuado a los pacientes en tratamiento de obesidad.
Fuente: Doctor Camilo Silva, Especialista del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra
También te puede interesar
Talones agrietados
Helicobacter Pylori ¿qué es?
Mindfulness qué es