Viven su vida según los intereses de los demás, sin llegar a saber realmente quiénes son y qué es lo que sienten y desean.
En cuanto a la inhibición, conviene diferenciar entre la persona asertiva que en un momento determinado no lo expresa porque la situación así lo aconseja (inhibición externa) y el de la persona que es incapaz de ser asertiva (esta persona es inhibida tanto externa como internamente). Así, la inhibición interna conlleva siempre emociones negativas, ya que no somos conscientes de nuestros derechos. Pero en cambio, en lo que se refiere a la conducta externa, la inhibición puede ser deseable en ciertas situaciones o circunstancias, pero tenemos que tener cuidado en que no se convierta en una pauta de conducta.
-. No saben expresar sus sentimientos. En este sentido tomar dos caminos: o no expresan lo que sienten y desean o, si lo hacen de manera derrotista. Son inseguras y ven como tarea imposible la expresión de emociones como la ira o la ternura. Llegan a reprimirse tanto que ni siquiera se permiten sentirlas.
-. No reconocen sus habilidades. Siempre se ven como seres inferiores aunque no lo sean. No se creen capaces de conseguir objetivos en esta vida, por mucho que sean objetivos totalmente deseables para ellas.
-. Sus relaciones interpersonales son insatisfactorias debido a su carácter pasivo ya su resignación. Temen el rechazo y por ello siempre ceden ante los deseos de los demás.
-. Complacen los deseos de los demás, dejando completamente de lado sus intereses. Su objetivo es atender las peticiones de los demás, evitando posibles conflictos.
-. Justifican su pasividad con excusas. “Si emprendo un negocio, no tendré éxito”, “Si le pido un favor a mi hermana, se enfadará conmigo”,…
-. Tienen problemas en sus relaciones interpersonales. Los demás se sienten incómodos con ellas porque no llegan a comprenderles, a saber cómo piensan,…
-. Se ofenden con facilidad ante lo que los demás hacen o dicen, pero tampoco saben defender sus derechos.
-. Al tener un comportamiento sumiso, suelen rodearse de personas dominantes. Esto les puede llegar a traer problemas más serios en sus relaciones porque son víctimas de acoso, falta de respeto,…
-. Experimentan muy a menudo emociones negativas como la frustración, el bloqueo mental y emocional, la inseguridad, la insatisfacción,… Pueden padecer problemas de ansiedad, depresión. Todas estas emociones les impiden ser felices y pueden llegar a favorecer la aparición de enfermedades.
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