El cáncer colorrectal es la segunda causa de muerte por cáncer en los países occidentales, tanto en hombres como en mujeres. En los hombres, después del cáncer de pulmón y en las mujeres, después del cáncer de mama.
Lo importante de este tumor, es que es un tumor que se puede prevenir en muchos de los casos.
¿Por qué?
Porque muchos de ellos se originan a través de un pólipo y estos pólipos crecen una media de unos diez años hasta que se trasforman en un carcinoma. Por lo tanto disponemos de esos diez años, para por medio de una colonoscopia, el poder diagnosticar estos pólipos, extirparlos y así poder evitar el que estos pólipos se trasformen en un cáncer.
Existen diversos métodos diagnósticos para realizar el screening de cáncer colorrectal.
En la población general asintomática, la que más se utiliza es el estudio de sangre oculta en las heces.
Otros métodos que podemos utilizar son:
- La colonoscopia convencional
- La colonografía
- La colonoscopia con cápsula
La técnica ideal, por supuesto, es la colonoscopia convencional, porque no sólo nos permite diagnosticar las lesiones tanto preneoplásicas como neoplásicas dentro del colon, sino que muchas de ellas las podemos tratar en el curso de la misma exploración.
La realización de colonoscopias en grupos de gente asintomática, ha demostrado que es capaz de disminuir la mortalidad por cáncer colorrectal entre un treinta y cinco y un cincuenta y cinco por ciento de estos pacientes.
Cuando detectamos el cáncer colorrectal en estadíos precoces, podemos llegar a curar a estos pacientes en más del noventa por ciento de los casos.
Con la realización de estas técnicas diagnósticas, no sólo conseguimos diagnosticar algunos de estos cánceres en estadíos precoces, y por lo tanto curables, sino en otros muchos casos conseguimos detectar lesiones preneoplásicas, antes de que se hayan trasformado en cáncer y por lo tanto evitar su aparición.
Fuente: Doctor Miguel Muñoz Navas, Director del Servicio Digestivo de la Clínica Universidad de Navarra
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