Enfermedades y su tratamiento

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El olvido repentino

Los análisis matemáticos que realizaron ambos científicos demostraron que la memoria de la muestra estudiada se iba desplomando entro los 4 y los 10 segundos después de recibir el estímulo.

Esta extinción súbita de los recuerdos era de esperar porque el almacenamiento se realiza en circuitos que se alimentan entre sí.  Pongamos un ejemplo para poder comprenderlo mejor: imagina una radio que funciona con pilas. Esta rendirá perfectamente hasta que las pilas se vayan gastando, es decir, el funcionamiento de la radio irá disminuyendo en potencia conforme se vayan agotando las pilas.

Volviendo al tema que nos ocupa, el olvido súbito es mucho más habitual de lo que nos parece, sobre todo, a partir de los 30 años: llegas a tu habitación y te paras tratando de recordar qué es lo que fuiste a buscar, abres un armario y te preguntas ¿qué era lo que necesitaba?, no recordamos el nombre de una persona con la que nos acabamos de encontrar en la calle,…

olvidoPodemos decir que la gran mayoría de estos olvidos se vinculan a problemas de ansiedad, estrés, estados de ánimo depresivos, falta de atención, fatiga mental, carga mental cuando se hacen muchas cosas a la vez, o tras ser interrumpido por alguna otra acción como mirar el móvil, contestar una llamada,…

No es que la información se haya perdido en algún lugar de la memoria, a veces sólo tenemos que volver a pensar para dar con ella, aunque tengamos que desandar el camino recorrido que nos llevó a la habitación para coger ese “algo” que no recuerdas.

Muchas personas temen que estos olvidos sean el inicio de una demencia, un problema de Alzeimer,… Como hemos dicho anteriormente, en la mayoría de los casos, están más relacionados con una merma en nuestra capacidad para mantener la atención en algo y a la vez en la habilidad de organizar toda la información que se guarda en el cerebro.

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Para que pase de una simple distracción a una enfermedad a tratar se deben tener en cuenta criterios como la edad, la frecuencia y los objetos olvidados.

Entra dentro de la normalidad comenzar a tener pequeños olvidos a partir de los 30 años, siempre y cuando estos olvidos no estén relacionados con la dirección de tu casa, tu nombre, el de tu hijo,….

Si estos olvidos han sido demasiado frecuentes en el último año, pide cita con un especialista, ya que puede tratarse de un deterioro cognitivo leve y lo mejor en estos casos es estar bien informado sin que salten alarmas innecesarias.

Muchas veces por medio de una rehabilitación cognitiva adecuada, con fármacos que nos ayudan a activar nuestra memoria, se puede paliar el daño y controlar una demencia futura.

Para cuidar nuestra mente es fundamental llevar un estilo de vida saludable, una alimentación equilibrada, practicar deporte y mantener, esa parte central para nuestro buen funcionamiento, lo más activa posible por medio de la lectura, juegos como pasatiempos, sudokus autodefinidos,…

Fuente: Helena Gorostidi Zambrana