A las cuarenta semanas de la última menstruación, el feto ya está preparado para nacer.
En el parto se distinguen los siguientes períodos :
- Dilatación
- Expulsión
- Alumbramiento
Al final de la gestación, el útero esta sobre distendido. Esa elongación del músculo es una de las causas de la aparición de las primeras contracciones junto con las acciones hormonales materno-filiales.
Esas contracciones provocan la dilatación del cuello uterino. Se dice que esa dilatación es completa, cuando alcanza los diez centímetros de diámetro, en ese momento ocurre la rotura de la bolsa de las aguas con la correspondiente salida del líquido amniótico.
Producida la rotura de la bolsa de las aguas, las contracciones cesan por un momento hasta que el útero se adapta a la nueva situación. Cuando está listo, a los diez o quince minutos, reaparecen las contracciones, pero ahora más intensas y frecuentes, comienza entonces el período expulsivo.
En este momento la madre a la vez que siente las contracciones, siente también la necesidad de empujar con la pared abdominal. Esos pujos son cada vez más frecuentes y de mayor duración, conforme el feto va progresando a través del canal del parto.
Una vez que ha terminado el proceso expulsivo, las contracciones uterinas cesan durante unos quince minutos, luego reaparecen para expulsar la placenta.
Han pasado nueve meses desde el momento de la unión de dos células, la materna y la paterna, el ovulo y el espermatozoide. Durante ese tiempo se han ido sucediendo con increíble precisión una serie de complejas transformaciones, que culminan con el parto.
Fuente: Departamento de Ginecología de la Clínica Universidad de Navarra
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