El pie diabético es la consecuencia final de la neuropatía diabética, de la arteriopatía periférica diabética o de la conjunción de estas dos complicaciones en el mismo paciente y da como resultado, quizá la complicación más visual y externa que conocen los pacientes diabéticos y también la más temida, porque muchas veces puede acabar en la amputación.
El pie diabético es a día de hoy, la causa más frecuente de amputación no traumática en los países occidentales y por tanto, es una complicación a tener en cuenta por las altas tasas de morbilidad e incluso de mortalidad, que puede ocasionar en el paciente con diabetes.
Su aparición se debe habitualmente a un mal control crónico de esta enfermedad, que al cabo del tiempo ocasiona la aparición de una habitualmente, pequeña ulcera que como suele ir acompañada de una falta de sensibilidad y por tanto de dolor, va a dar lugar a la aparición posterior de complicaciones mucho más severas, gangrena e incluso amputación.
Por tanto su tratamiento debe ir dirigido, por supuesto a un buen control de la glucosa en los pacientes diabéticos, pero también debe intervenir un equipo multidisciplinar, en el que lo ideal es que estén integrados: Por supuesto el endocrinólogo, pero también un cirujano vascular, traumatólogo, ortopeda, podólogos, etc.
Que den lugar junto con un buen equipo de enfermería, para conseguir las curas correctas de estos pacientes a evitar la aparición de esta temible complicación.
Fuente: Doctor Javier Escalada, Especialista del Departamento de Endocrinología y Nutrición de la Clínica Universidad de Navarra
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