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pensamientos negativos

Huyendo de los pensamientos negativos

Con frases como «¡eres estúpido!», «¡nunca aprobarás!», «¡ya no puedo más!», «he hecho el más grande de los ridículos», «¡me quieren joder!», «¿y si le ha ocurrido un accidente?», «seguro que no le gusto», «debería ser más trabajador… simpático… divertido…», «mi vida ya no tiene sentido», etc.

Estamos tan acostumbrados a estos pensamientos que no los cuestionamos, los damos como válidos nada más se presentan en nuestra mente. Realmente no es que tengamos estos pensamientos negativos, más bien podemos afirmar que son ellos los que nos tienen a nosotros, ya que son los que nos causan nuestro malestar emocional.

pensamientos negativosEl principio fundamental de la psicología cognitiva es el de «no son los hechos los que nos generan los diferentes estados emocionales, si no el cómo nos tomamos (interpretamos) los acontecimientos». Ante un mismo acontecimiento varias personas pueden experimentarlo de formas totalmente diferentes. Pongamos como ejemplo el hecho de ser presentado a una persona desconocida, alguien con alta autoestima podría pensar «seguro que le gusto y le caigo bien», otra con baja autoestima podría pensar «se dará cuenta de mis debilidades y me rechazará», y otra con carácter susceptible podría pensar «es mejor desconfiar de alguien que no conoces de nada». Ante un mismo hecho estas tres personas lo han interpretado de forma muy diferente y el resultado es que cada una ha generado un estado emocional diferente, el primero de satisfacción, el segundo de miedo y el tercero de rechazo.

Por tanto, tu bienestar emocional depende fundamentalmente de que no te dejes llevar por los pensamientos automáticos, ya que éstos tienen características muy negativas para ti:

  1. Son irracionales, es decir no se atienen a los hechos objetivos, a la realidad.
  2. Son automáticos, funcionan como un reflejo corporal que se produce sin que voluntariamente lo propiciemos.
  3. Son exagerados, dramáticos y siempre negativos, generan un enorme malestar emocional y además de forma gratuita, sin que le podamos sacar el menor provecho.

Al cabo del día podemos tener algunos pensamientos de este tipo en condiciones normales, pero cuando atravesamos un período de depresión u otro malestar emocional pueden ser cientos (o miles) los que se nos producen a diario. No es de extrañar, que la mente asediada por tanta presión negativa se venga abajo, al igual que un organismo físico inundado por gran cantidad de virus, enferme.

Y hay momentos en nuestra vida en los que deseamos fervientemente que caigan en el más profundo de los olvidos, pero ellos vuelven a recaer sobre nuestra conciencia y hacen que nos sintamos realmente mal…

Ante un problema grave de este tipo, no dudes en acudir a un profesional que te guie para reconocer y aliviar este malestar.

Es importante que no dejemos crecer a esos malvados pensamientos. Debemos evitar que se conviertan en la semilla de un cuadro de estrés, ansiedad y/o depresión.

Por ello procura mantener tu mente sana. A continuación te ofrezco unos sencillos consejos que te pueden ayudar a conseguirlo…

1-    Exterioriza tus problemas:

Nuestra mente en ocasiones se convierte en nuestro peor enemigo y, cuando tenemos un problema, tiende a magnificarlo y empeorarlo aún más Por esto, es importante que, cuando te sientas desbordado, hables con alguien de tu confianza para expresar tu malestar, para sentirte escuchado y comprendido y para que pueda darte una visión externa al problema. Esta empatía será un buen remedio para luchar contra esa negatividad…

2-    Comodidad:

Cuando nos sentimos mal, cuando estamos inmersos en esa negatividad nuestro cuerpo se contrae… Procura mantener una postura corporal cómoda y relajada. Si en esos momentos de negatividad estás en tu casa, date un baño, una ducha ponte cómodo y relájate en el sofá o en la cama…

Sobre todo, procura mantener un lenguaje corporal positivo y regálate una sonrisa…

3-    Despéjate, sal a la calle:

Caemos en el grave error de darle mil vueltas a las cosas… Si el problema lo has tenido en el trabajo y ya estás fuera, no lo vas a poder solucionar hasta que vuelvas a tu horario laboral, si las cosas tienen solución ¿por qué preocuparse? Y si no la tienen ¿por qué preocuparse?... Nos encerramos en casa, nos cobijamos en el sofá, nos quedamos quietos, encerrados,… ¡No! Sal a la calle, que te de el aire, respira, desconecta, pasea, ve al cina, queda con un amigo para tomar un café´,… Cualquier cosa sirve para “desconectar” y huir de esa negatividad que tanto daño te hace…

4-    Explota tu creatividad:

Cuantas más vueltas le des al problema en cuestión, más grade se hará esa negatividad… Desvía tu atención a otras cosas: lee, haz deporte, dibuja, escucha música, escribe,…Si eres capaz de realizar alguna de estas conscientemente, durante al menos cinco minutos, te aseguro que encontrarás alivio…

5-    Cosas de tu vida que merecen la pena:

Para contrarrestar esa negatividad, piensa en todo lo positivo que tiene tu vida, en todas las cosas maravillosas que te rodean, valora lo bueno que tienes y da las gracias por ello…

Tu vida está llena de momentos felices, de acciones positivas que han marcado tu vida…

Sé apasionado y haz de la pasión tu motor, pero no quieras correr, sé paciente y enfócate en las cosas de una en una, disfrutando de tu presente.

Procura evolucionar en tu vida al máximo, explora, juega, sueña y nunca dejes de  crecer. Haz lo que amas y ama sin límites… Recuerda: piensa y ACTUA en positivo…

Fuente: Helena Gorostidi Zambrana