Es cierto que a muchas mujeres les llena ese tipo de vida pero ¿qué ocurre si tú, como mujer, no sientes que ese sea el estilo de vida que deseas llevar? Hoy, todavía, muchas personas no comprenden que una mujer no quiera tener hijos.
No queda demostrado que ese instinto maternal del que tanto se habla exista en realidad. Sí que, muchas mujeres, sienten que les llega la hora de ser madres. Les encantan los niños y una de sus mayores ilusiones es la de tener descendencia en un futuro. Pero, al igual que existe esta opción, otras mujeres no están dispuestas a ello, es más, puede que el hecho de tener un hijo, les causara infelicidad.
Según la antropóloga Nancy Scheper Hughes, ese deseo de ser madres habitualmente es producido por las creencias, la cultura y una sociedad que parece que lo inculca.
Existen estudios e investigaciones psicológicas acerca de ese instinto maternal que confirman la idea de que este surge cuando nace el bebé, no antes. Es en el momento del nacimiento cuando surge en la madre ese deseo de protección y cuidado al recién nacido. Por ello, no está claro que exista ese reloj biológico que programa a las mujeres para ser madres. Es más bien un “deseo racional” donde cada mujer lo decide por diferentes causas, pero no porque surja ese instinto.
¿Qué ocurre con todas esas mujeres que deciden no ser madres?
Es una idea que todavía no está del todo “bien vista” en el entorno que nos rodea. Aunque haya personas que entiendan esta opción de vida, la mayoría no lo ve con “buenos ojos”. Por eso, cuando se expresa la idea de no querer ser madre a familiares, amigos y demás, nos miran de “aquella manera”. La sociedad en la que vivimos está muy apegada a esas pequeñas costumbres que gobiernan nuestras vidas y todo lo que se salga de ahí, suena raro, se rechaza o es criticado. Pero todo esto no significa que esa decisión que has tomado sea peor que las demás. Es tu decisión, tu opción de vida y debe ser respetada al igual que las otras. Lo que ocurre es que, en muchas ocasiones, nuestra sociedad no está educada para entender que no todo el mundo es igual.
La mente está preparada para las costumbres de siempre y sólo las personas flexibles y abiertas comprenden que las necesidades de cada uno pueden y deben ser personales, que no todo el mundo es feliz programando los mismos objetivos…
Cada vez son más las mujeres que no se dejan llevar por las tradiciones y que imponen sus deseos y necesidades, entendiendo que estos son tan importantes como los de los demás. Por suerte, hemos conseguido escuchamos más a nosotras mismas y llevamos la vida que en realidad queremos llevar.
No debemos caer en el error de catalogar el hecho de no querer ser madre dentro del egoísmo. Mirar por uno mismo no es malo, no debe estar mal visto, pero esto todavía es, en muchos casos, complicado de entender y asimilar. Parece que querer tener libertad y no querer ocuparse de las responsabilidades de tener un hijo es ser una persona egoísta… Todo esto no tiene nada que ver con ser alguien generoso y sensible. Simplemente has tomado la decisión de no ser madre y optar por vivir un estilo de vida diferente…
-. Motivos para ser o no ser madre:
En ocasiones no sólo es necesario contar con esa escucha interior y ver si nos haría felices o no ser madres. Muchas veces los deseos están modificados por la razón y el aprendizaje. Esto ocurre, por ejemplo, con el deseo sexual: algunos lo usan sólo con amor, otros al contrario, otros no mantienen relaciones sexuales prematrimoniales, otros no lo usan por convicción o creencias religiosas,…. Todo debe ser respetado…
Y es que nuestra mente domina gran parte de los instintos. Con el instinto maternal ocurre lo mismo: habrá mujeres a las que les gustaría ser madres, pero ponen en una balanza los pros y los contras y deciden no hacerlo porque, para ellas, no sería lo más apropiado.
Tener familia supone un cambio muy grande en tu vida. A muchas mujeres, es precisamente esto, lo que les frena, ya que, una vez tomada la decisión, no hay marcha atrás.
Cada mujer es dueña de su vida. Si tienes pareja, será algo que debáis consensuar entre los dos. Si te embarcas sola en esta aventura, debes decidir lo que mueva tu felicidad y lo que más le convenga a tu situación personal, sobre todo, dejando de lado las opiniones sociales, las costumbres,…
Tu vida es tuya, vuestro proyecto os pertenece, tú decides, sois libres…
Fuente: Helena Gorostidi Zambrana
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