Cuando vamos a la compra estamos acostumbrados a leer la “fecha de caducidad” o “fecha de duración mínima” de los alimentos que vamos a consumir, ¿pero cuántos leemos la lista de ingredientes? O ¿la información nutricional?
Es importante conocer con que está elaborado el producto que nos vamos a llevar a la boca y por ende a nuestro organismo.
El problema viene cuando, o no se le presta ninguna atención a la información nutricional del producto, o directamente no se entiende, como sucede en multitud de casos.
De toda la información que debe aparecer en una etiqueta de un producto alimenticio, me voy a centrar en la información importante nutricionalmente hablando.
Lo primero en lo que debemos fijarnos es en la lista de ingredientes, tanto si somos alérgicos o intolerantes, como si no lo somos. La lista de ingredientes aparece en orden decreciente, es decir, de mayor a menor, según el peso.
Muchos productos inducen a error, por ejemplo productos que muy orgullosos ponen bien grande en la etiqueta principal, “con aceite de oliva”, pues bien te vas a la lista de ingredientes y sí, efectivamente lleva aceite de oliva, pero en una cantidad ridícula, o también el caso de “sin colorantes ni conservantes”, lo más normal es que la gente piense que es un producto natural sin aditivos, pero si vamos al listado de ingredientes lleva glutamato monosódico que es un aditivo químico potenciador del sabor, efectivamente no es ni colorante ni conservante, pero eso no quiere decir que no lleve otro tipo de aditivos.
También recalcar que muchos productos llevan como ingrediente “aceite vegetal” o “grasa vegetal”, que cuando no se especifica el tipo de aceite o grasa vegetal que lleva el producto, probablemente sea de coco, palma o palmiste, que son aceites ricos en ácidos grasos saturados y menos saludables que otros aceites, como el de oliva, o de semillas tipo girasol.
Con la entrada en vigor del Reglamento (UE) nº 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, se deberá especificar el tipo de aceite o grasa vegetal que lleva el producto, este Reglamento entra en vigor el 13 de Diciembre de 2014, por lo que aún hay muchas listas de ingredientes en las que no se especifica el tipo de grasa que contiene.
Cuidado también con los productos que contengan “grasas vegetales hidrogenadas” ya que pueden contener grasas trans, que son poco saludables, aunque su presencia depende del grado de hidrogenación y cada vez se está luchando más para evitar la presencia de este tipo de grasas en la alimentación, pero nos debe llamar la atención su presencia y evitar consumir en exceso los alimentos que contengan todo lo citado anteriormente, ya que siempre es mejor “prevenir que curar”.
Después es importante sobre todo si somos alérgicos o intolerantes, fijarse bien en todos los ingredientes, ya que pueden aparecer con un nombre distinto al que estamos habituados, sobre todo en los aditivos, y prestar atención a la información sobre alérgenos, en donde encontramos la información de los elementos que pueden estar presentes en el producto sin formar parte de su composición, es decir, que durante la elaboración del alimento ha podido estar en contacto con ciertos alimentos considerados como alérgenos, se expresa en la etiqueta como “puede contener trazas de”. Con el nuevo Reglamento los alérgenos se deben incluir en la lista de ingredientes con una letra o color diferente del resto, para que se destaque bien su presencia.
INFORMACIÓN NUTRICIONAL
Hay dos tipos de información nutricional, la perteneciente al grupo 1 en la que solo aparece el valor energético, cantidad de proteínas, carbohidratos y grasas, y la del grupo 2 en la que además se añade azúcares, grasas saturadas, fibra y sodio. Siempre se expresa por 100gr o 100ml de producto y suele aparecer en forma de tabla, si no hay espacio se puede poner de forma lineal.
En una misma tabla también puede aparecer el aporte nutricional por ración. Es importante mirar esta información para ser conscientes de que cantidad de calorías y nutrientes estamos consumiendo.
Siempre debemos fijarnos en la cantidad de grasa total, ver cuanta de esa grasa es saturada y, elegir alimentos que contengan pocas grasas de este tipo.
Con los hidratos de carbono pasa lo mismo, hay mirar cuántos de esos carbohidratos son azúcares y elegir alimentos que contengan la menor cantidad de azúcar posible.
Importante para los hipertensos, hay que mirar el contenido en sodio, que con el nuevo Reglamento pasará a poner “Sal” y tenerlo en cuenta a la hora de elegir consumir un producto, la mayoría de los alimentos procesados llevan sal como ingrediente, por lo que se debe escoger siempre la versión más natural y controlar la sal de mesa o evitarla, una opción para reducir la cantidad de sal es utilizar especias que dan sabor a los guisos.
Finalmente nos debemos fijar en la cantidad de fibra que tiene un producto, se recomienda consumir unos 25-30gr al día de fibra, cantidad que con la dieta actual de la población no se alcanza. Deberemos elegir alimentos que contengan fibra frente a la versión refinada de los mismos.
Para facilitar que la información nutricional se vea de forma más clara y sencilla, hay varias opciones que se pueden añadir de forma voluntaria en los productos, como son por ejemplo el semáforo nutricional en el que aparecen las calorías, azúcares, grasas, grasa saturada y sal con colores, si aparece en rojo indica que la ración aporta más de un 20% de la cantidad diaria orientativa (CDO) para un adulto que se debe consumir de ese nutriente al día, por lo que deberemos tener cuidado, si aparece en amarillo significa que la ración aporta entre el 7,5% y el 20% de la cantidad diaria orientativa, y si aparece en verde la ración aporta menos del 7,5%. Si nos fijamos los nutrientes especificados son con los que debemos tener cuidado, por lo cual deberemos siempre buscar el color verde y consumir de forma ocasional los que lleven el color rojo (hay algunas excepciones como el aceite de oliva que por su nivel calórico y contenido en grasas puede aparecer en rojo).
Por último recordar que un consumidor informado, tomará mejores decisiones sobre su alimentación, por lo cual toda esta información es importante para poder comparar productos y elegir los más saludables.
BIBLIOGRAFIA
AESAN
EUFIC
Consumer Eroski
Reglamento (UE) nº 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumido
Alba María Henares Esteban, Diplomada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad Complutense y Técnico Superior en Dietética.
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