Un medicamento huérfano es aquel que se prevé su utilización en una enfermedad rara, definiendo enfermedad rara como una enfermedad que es poco frecuente. Habitualmente lo que actualmente se acepta es que sea una enfermedad que afecta a cinco de cada diez mil habitantes de una región, concretamente en la Comunidad Europea esa es la definición que se utiliza.
La investigación de medicamentos se realiza siempre a través de la Industria Farmacéutica, que hay que recordar que son entidades privadas con ánimo de lucro y eso significa que invierten dinero en investigar medicamentos que luego puedan rentabilizar.
Es bastante evidente que un medicamento huérfano no es fácil rentabilizarlo a posteriori, puesto que va a ser utilizado en muy pocos pacientes y ello implica un desinterés, al menos desde el punto de vista financiero por parte de la industria.
La Comunidad Europea y también Estados Unidos en su día, ya hace unos cuantos años, desarrollaron una serie de sistemáticas que permiten el desarrollo y la investigación de estos medicamentos huérfanos. Puesto que siempre hay un grupo pequeño de pacientes que se benefician de ellos, con varios procedimientos: fundamentalmente el proteger la patente durante un tiempo más concreto y mayor que otros fármacos, y también incluso, incentivar directamente, participando en el proceso de investigación, aportando cantidades económicas o aportando infraestructura.
Gracias a eso, estos medicamentos pueden desarrollarse y gracias a esto. Estos medicamentos pueden estar a disposición de pacientes que se van a beneficiar de una forma clara de los mismos.
Fuente: Doctor José Ramón Azanza, Director de la Unidad de Investigación Clínica de la Clínica Universidad de Navarra
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