El tabaco está relacionado directamente, como causa directa de tres de las cuatro causas más comunes de muerte en la actualidad.
Las enfermedades cardiovasculares, sobre todo el infarto de miocardio
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
Cáncer de pulmón
Debido a la alta prevalencia de estas enfermedades, el fumador tiene un riesgo muy elevado de morir precozmente como consecuencia de su hábito.
Pero además de estas enfermedades comunes, también se relaciona muy directamente con otras enfermedades menos frecuentes, pero igual de severas incluso más, un ejemplo claro es la fibrosis pulmonar, una enfermedad para la que no tenemos tratamiento en la actualidad, que suele producir una insuficiencia respiratoria progresiva, hasta producir la muerte del individuo.
El tabaco también se relaciona con el asma, empeora su control, requiriendo el paciente asmático mayores dosis de medicamentos y más medicamentos para poder controlar sus síntomas.
Y además se ha demostrado que el tabaco, el humo pasivo que inhala un individuo en su infancia, debido al hábito tabáquico de los padres, claramente se relaciona con un aumento en la incidencia de asma en la edad adulta.
Por último el tabaco también se relaciona con una disminución de las defensas y claramente los fumadores tienen más riesgo de tener infecciones y más severas que los no fumadores.
Fuente: Doctor Javier Zulueta, Director del Departamento de Neumología de la Clínica Universidad de Navarra
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