El bruxismo es la acción involuntaria de contraer la musculatura que utilizamos en la masticación cuando no estamos comiendo, y que cierra la boca, rechinando los dientes, provocando problemas en las encías y desgaste de la superficie dental.
Se trata de un hábito involuntario. Puede suceder durante el día y durante la noche, aunque el más común es durante el sueño y es el más difícil de controlar, ya que es totalmente inconsciente e involuntario.
«Hacer rechinar los dientes es unas cuarenta veces más potente que masticar», según estudios realizados.
Lo curioso es que el bruxismo no siempre genera síntomas, aunque algunas personas sí sienten dolores faciales, de oído y de cabeza al levantarse.
El bruxismo nocturno es más habitual y se considera un trastorno de movimiento relacionado con el sueño. Las personas que aprietan o rechinan los dientes mientras duermen tienen más probabilidades de padecer otros trastornos del sueño, como roncar o realizar pausas en la respiración (apnea del sueño).
En muchos casos las personas no son conscientes de que padecen bruxismo, y se suele descubrir en revisiones dentales rutinarias o porque se acude al notar un dolor agudo en la cara o cuello.
Pronóstico
El bruxismo no es peligroso, aunque puede variar según el nivel de gravedad. Esto se debe a que puede llegar a causar lesiones dentales permanentes, además de otros dolores como de mandíbula, oído o cabeza y trastornos de la ATM.
En otras ocasiones, se puede relacionar con una mala calidad de sueño, depresión o cuadros de ansiedad, ya que la causa del bruxismo, la mayor parte de las veces es el componente emocional del individuo.
Causas del bruxismo
Sea bruxismo de día o de noche, normalmente las personas rechinan y aprietan los dientes de forma involuntaria. No existe una causa fija, aunque sí se considera que el estrés y la ansiedad pueden ser los causantes en muchos pacientes.
También existen posibles factores genéticos o relación con otras patologías, como la alergia o alteraciones dentarias, como la maloclusión y mecanismos nerviosos centrales, así como problemas musculares.
Los factores psicológicos también pueden estar relacionados con las tensiones que aumentan el bruxismo.
Síntomas
El hecho de apretar los dientes ejerce presión sobre la estructura bucal: músculos, tejidos y mandíbula, lo que puede llegar a provocar:
- Sensación de carga y tensión muscular.
- Dolor de oído. El dolor puede no producirse en el oído pero ser referido, procediendo de otra zona cercana.
- Dolor de cabeza.
- Sensibilidad muscular, sobre todo por la mañana.
- Sensibilidad dental al ingerir alimentos fríos, calientes o dulces.
- Insomnio.
- Dolor o inflamación de la articulación de la mandíbula.
No siempre hay síntomas
Aunque dichos síntomas son generales, hay personas que nunca tienen síntomas. En ello influirá el estrés que tenga la persona, cuánto dure la acción de apretar y cuán fuerte lo haga el paciente, si los dientes no están alineados, la postura del paciente, su capacidad para relajarse o la dieta que lleve a cabo, así como sus hábitos de sueño.
Hay personas que con el paso del tiempo, notan erosión en los dientes o la descubren al visitar al dentista.
En la mayoría de los casos los pacientes con bruxismo acaban teniendo zonas planas y cantos desgastados en sus dientes.
Tratamientos para el bruxismo
El tratamiento siempre irá relacionado con el hecho de que exista riesgo de lesión en los dientes y la posible afectación muscular. Según cuán grave sea el caso y la fuerza ejercida sobre los dientes, se aconsejarán distintas vías de tratamiento:
- Férula oclusal o de descarga: Es una protección dental de resina o de plástico que se recomienda en casos graves. Trata los síntomas y no las causas, por lo que evitará la lesión de los dientes. Desde que se empieza a utilizar elimina el dolor de mandíbula, de cabeza o de oídos, así como otras molestias derivadas. El paciente la puede utilizar durante el día, la noche o durante todo el día, dependiendo de la intensidad del bruxismo y de las recomendaciones del especialista. Cabe destacar que las férulas oclusales no eliminan el bruxismo sino que su objetivo es evitar el contacto brusco entre los dientes, descargar la articulación temporomandibular y reducir la afección de la musculatura masticatoria.
- Relajación: Para algunas personas es suficiente con aprender técnicas de relajación y modificación de comportamientos que llevan a cabo durante el día. Esto suele acompañarse de relajación de la musculatura corporal para reducir y eliminar los nervios, el estrés y la ansiedad.
Consejos
- Aplicar hielo o calor húmedo en los músculos de la mandíbula.
- Evitar alimentos duros, tales como nueces o filetes.
- Evitar masticar chicle.
- Beber mucha agua.
- Dormir bien, y la cantidad de horas recomendadas.
- Estiramientos y recuperación de los músculos y articulaciones de cada lado de la cabeza.
- Masajear los músculos del cuello, los hombros y la cara.
- Relajar los músculos de la cara y la mandíbula durante el día, con el objetivo de hacer de la relajación facial un hábito.
- Intentar reducir el estrés diario.
- Hacer yoga, usar técnicas de relajación de la respiración
- Darse un baño.
- Leer o escuchar música antes de dormir.
- Reducir el consumo de alcohol.
- Dejar de fumar.
- No consumir drogas.
Si aun así, no funciona, hay algunos tratamientos psicológicos que pueden ayudar, como las terapias cognitivo-conductuales, que se centran en el vínculo entre el pensamiento y la conducta, aunque no hay evidencia científica de que puedan evitar el bruxismo.
En algunas ocasiones puede ser un efecto secundario de algunas medicaciones antidepresivas. Por lo que sería conveniente consultarlo con su médico.
Remedios caseros
Antes de continuar, es importante matizar que dependen por completo del estilo de vida y hábitos, y de cada persona.
Del mismo modo, varían si la persona tiene bruxismo nocturno o diurno.
- Reducir la actividad a partir del atardecer.
- Bajar el ritmo de actividad entre 60 y 90 minutos antes de ir a dormir.
- Tratar de no dedicar tiempo a pensar en preocupaciones antes de acostarte.
- No realizar ejercicio físico después de las 18 horas. No obstante, sí conviene que se realice ejercicio durante el día.
- Evitar el café, té, alcohol y las comidas copiosas antes de dormir.
- Intentar no fumar, o al menos reducir el consumo de cigarrillos, a partir de las 19 horas.
- Crear un ambiente fresco, agradable y tranquilo en el dormitorio.
Cómo aliviar momentáneamente el dolor mandibular
Puede intentar seguir estos pasos para eliminar las tensiones acumuladas por el bruxismo:
1. Con la yema de los dedos colocados sobre ambos lados de la mandíbula, realizar movimientos suaves y lentos de manera circular durante aproximadamente un minuto.
2. Valiéndonos de los dedos índice, corazón y anular, presionar con suavidad detectando las zonas con mayor tensión o más dolorosas debajo de los pómulos. Realizar presiones suaves durante al menos un minuto.
3. Repetir los movimientos del punto anterior sobre la sien y por encima del hueso del pómulo durante un minuto aproximadamente.
4. Por último, colocar los dedos índice sobre las muelas inferiores con la boca ligeramente abierta, aunque de manera relajada y sin tensión. Realizar presión hacia abajo durante algunos segundos mientras la boca intenta cerrarse.
Repetir esta acción cuantas veces se desee para hasta conseguir la relajación completa de la mandíbula.
Cómo evitarlo
Aunque dichos ejercicios y remedios caseros ayuden a reducir el bruxismo, lo más conveniente sería acudir a su médico para realizar un control y una vigilancia de cada caso concreto para que determine el grado de bruxismo y que aplique el tratamiento más indicado para ello.
El bruxismo lo puede tratar un especialista en cirugía oral y maxilofacial o en odontología y estomatología.
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