Se somete a una cirugía en la que se le extirpa aproximadamente la mitad de su hígado y gracias a la gran capacidad de regeneración del hígado.
Este medio hígado que se le ha extirpado, crece muy rápidamente en el receptor hepático y el hígado remanente, crece también muy rápidamente en el donante.
En primer lugar elegimos el mejor momento para el receptor, cuando está en mejores condiciones y por lo tanto, sabemos que la recuperación postoperatoria va a ser mucho mejor.
En segundo lugar el donante es una persona sana, súper estudiada, que sabemos cómo es su injerto, sabemos todas las características de ese injerto. Es un injerto de optima calidad y por tanto el funcionamiento en el receptor es mucho mejor.
Fuente: Doctor Fernando Pardo Director de Cirugía Hepatobiliopancreática de la Clínica Universidad de Navarra
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