Como el propio nombre indica, el trastorno bipolar tiene dos tipos de enfermedad: por un lado está la enfermedad depresiva; y por otro lado, la enfermedad maníaca, que es una euforia enfermiza, una alegría, …una hiperactividad enfermiza. Cuando un paciente tiene esos dos polos, es decir, por un lado la enfermedad depresiva, y por otro lado, la enfermedad maníaca, hablamos de que tiene un trastorno bipolar.
El diagnóstico del trastorno bipolar es un diagnóstico fundamentalmente clínico. Es decir, la historia del paciente, esos síntomas depresivos y maníacos, son los que nos dan la clave de lo que el paciente está padeciendo.
Y el tratamiento del trastorno bipolar tiene también como dos polos: por un lado sería el tratamiento del episodio en el que el paciente está. Es decir, si el paciente está en un episodio depresivo, tratar la depresión. Y si el paciente está en un episodio maníaco, tratar la manía. Pero también tiene el otro polo, que es tratar la recurrencia de la enfermedad. Hay que conseguir que el paciente no recaiga. Y hay que conseguir que las recaídas, si las hubiera, sean lo más leves posibles. Para esta segunda fase del tratamiento, utilizamos unos fármacos que se llaman normotímicos, es decir, normalizadores del estado de ánimo.
Fuente: Doctor Jorge Pla, Especialista del Departamento de Psiquiatría y Psicología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra
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