¿Estamos pensando traer una mascota a casa y no sabemos muy bien cuál sería la más adecuada para nuestro hijo?
El mero hecho de que pensemos qué tipo de mascota es la más adecuada, ya es un buen comienzo.
El tener una mascota nos va a ayudar a mantener una mejor salud, tanto física como mental y además va a tener otras ventajas, como inculcar el sentido de la responsabilidad y del cuidado de la misma a nuestros hijos.
Pero tenemos que tener claro que la responsabilidad última de este nuevo integrante de la familia, va a ser de los padres.
Tenemos que tener en cuenta que no todas las mascotas van a ser adecuadas, cada mascota va a tener el riesgo propio dependiendo de su raza.
Por ejemplo, los reptiles, las tortugas y los anfibios pueden trasmitir la salmonella, los pájaros, los pollitos, los patitos y los roedores como son los hámsters y los cobayas, pueden desencadenar la alergia a las personas predispuestas y los gatos o los perros pueden arañar o morder.
Además tenemos que tener en cuenta, que si existe otro animal en casa, si se van a adaptar y del espacio que vamos a necesitar: un hámster o un pájaro va a necesitar poco, pero un perro va a necesitar mucho más espacio para correr y jugar.
También tenemos que tener en cuenta, que si tenemos responsabilidades laborales hasta altas horas del día, o los niños van a tener muchas actividades extraescolares, dependerá de otra persona para poder pasear al perro si nosotros no lo podemos hacer; si la familia viaja constantemente, la mascota va a viajar con la familia o ¿quién la va a cuidar?
Todo este tipo de responsabilidades las tenemos que tener en cuenta antes de comprar la mascota.
También tenemos que tener en cuenta que los perros, por ejemplo, hay distintas razas. Si tenemos niños pequeños, sería absurdo traer un pitbull o un rottweiler a casa, habiendo labradores que se adaptan muchísimo más fácilmente a las características de los niños.
Y los niños tienen que tener en cuenta también una serie de consideraciones como que no pueden molestar ni asustar a los perros cuando están dormidos, no ponerles en situaciones de estrés, que no tengan otra salida más que morder o arañar y no tirarle o arañarle tirándole del rabo o de las orejas.
A pesar de cualquier riesgo que tiene el tener una mascota en casa, es indudable que los beneficios que nos van a proporcionar van a superar con creces estos riesgos.
Fuente: Doctor José Casas Rivero, Pediatra y responsable de Medicina de la Adolescencia del Hospital la Paz
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