La cápsula es capaz de detectar cáncer de colon y en los diversos estudios que se han realizado para validar la técnica, hemos tenido casos en los que hemos detectado cáncer de colon en gente que era sintomática.
Desde el año dos mil siete se utiliza en Europa y hace apenas unos meses se ha aprobado para su uso en Estados unidos, tras el estudio que citaba la especialista de la Clínica Universidad de Navarra, en el que ella ha participado junto a otros cuatro expertos mundiales más. Un estudio que demuestra la eficacia de la cápsula de colon.
Hemos demostrado que es tan capaz de detectar pólipos, que merece la pena ser incluida dentro de la cartera de servicios y acaba de ser aprobada en casos concretos, como en los casos en los que la colonoscopia no haya podido completarse.
¿Cómo funciona exactamente la cápsula de colon?
La cápsula de colon tiene dos cámaras, una por cada lado. Cada cámara es capaz de capturar entre cuatro y treinta y cinco imágenes por segundo y además, cada cámara tiene un ángulo de visión de unos ciento setenta y dos grados aproximadamente. De tal forma que con las dos cámaras estamos obteniendo una visión de casi trescientos sesenta grados de todo el intestino.
El paciente lleva una especie de sensores que van pegados a la piel, generalmente en el pecho y en el abdomen. Y esos sensores van unidos a un registrador, el aparato que va a capturar todas las imágenes y las va a gravar.
La visión es muy similar de la que vemos en la endoscopia convencional, o incluso es mucho mejor y al estar el colon lleno de un líquido claro, de agua clara, nos hace un efecto lupa y somos capaces de ver lesiones más pequeñas con mucha más nitidez que en la endoscopia convencional. Que además es amigable para el paciente, si quiere irse a trabajar con la cápsula puesta, se puede ir a trabajar perfectamente.
Un cómodo y eficaz método de prevención, teniendo en cuenta que aproximadamente el noventa y cinco por ciento de los tumores de colon, proceden de un pólipo adenomatoso y éste tarda unos diez años en malignizarse.
Fuente: Doctora Cristina Carretero, Departamento de Digestivo de la Clínica Universidad de Navarra
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